Hoy 19 de Enero de 2015 se recuerda el 206 aniversario del nacimiento de Edgar Allan Poe. He aquí nuestro humilde homenaje a este genio del terror y suspenso.
Nació en Boston el 19 de enero de 1809. Sus
padres murieron siendo él niño y fue criado
por John Allan, un hombre de negocios rico de Richmond (Virginia). A los seis
años viajó con la familia Allan a Inglaterra donde ingresó en un internado
privado. Después de regresar a Estados Unidos en 1820 siguió estudiando en
centros privados y asistió a la universidad de Virginia durante un año, pero en
1827 su padre adoptivo, disgustado por la afición del joven a la bebida y al
juego, se negó a pagar sus deudas y le obligó a trabajar como empleado.
Contrariando la voluntad de Allan, Poe abandonó su nuevo trabajo y viajó a Boston donde publicó anónimamente su primer libro, Tamerlán y otros poemas (1827). Poco después se alistó en el ejército, en el que permaneció dos años. En 1829 apareció su segundo libro de poemas, Al Aaraf, y se reconcilió con Allan, que le consiguió un cargo en la Academia militar, pero a los pocos meses fue despedido por negligencia en el deber; su padre adoptivo le repudió para siempre.
Al año siguiente de publicar su tercer libro, Poemas (1831), se trasladó a Baltimore, donde vivió con su tía. En 1832, su cuento 'Manuscrito encontrado en una botella' ganó un concurso patrocinado por el Baltimore Saturday Visitor. De 1835 a 1837 fue redactor de Southern Baltimore Messenger. En 1836 se casó con su joven sobrina y durante la década siguiente, gran parte de la cual fue desgraciada a causa de la larga enfermedad de Virginia, Poe trabajó como redactor para varias revistas en Filadelfia y Nueva York. En 1847 falleció su mujer y él mismo cayó enfermo; su desastrosa adicción al alcohol y las drogas, contribuyeron a su temprana muerte en Baltimore, el 7 de octubre de 1849.
El 3 de octubre se celebraba en la ciudad unos comicios. Poe como un vagabundo más, se acercó a esta población para recibir el dinero que la chusma de borrachines recibían a cuenta de ciertos partidos por depositar un voto a su favor. El dinero que posiblemente necesitase el autor para emborracharse no lo llegó a cobrar nunca. Fue hallado semiconsciente tirado en la calle. Llevaba puestas ropas harapientas que ni siquiera eran suyas. Fue ingresado en el hospital y cuatro días más tarde falleció en medio de terribles delirios e incesantes imágenes de terror que acosaban su mente agotada.
El tío de Poe declaró a su muerte: "Había conocido tanto dolor y tenía tan pocos motivos para sentirse satisfecho con la vida que este cambio apenas puede considerarse una desgracia"
Contrariando la voluntad de Allan, Poe abandonó su nuevo trabajo y viajó a Boston donde publicó anónimamente su primer libro, Tamerlán y otros poemas (1827). Poco después se alistó en el ejército, en el que permaneció dos años. En 1829 apareció su segundo libro de poemas, Al Aaraf, y se reconcilió con Allan, que le consiguió un cargo en la Academia militar, pero a los pocos meses fue despedido por negligencia en el deber; su padre adoptivo le repudió para siempre.
Al año siguiente de publicar su tercer libro, Poemas (1831), se trasladó a Baltimore, donde vivió con su tía. En 1832, su cuento 'Manuscrito encontrado en una botella' ganó un concurso patrocinado por el Baltimore Saturday Visitor. De 1835 a 1837 fue redactor de Southern Baltimore Messenger. En 1836 se casó con su joven sobrina y durante la década siguiente, gran parte de la cual fue desgraciada a causa de la larga enfermedad de Virginia, Poe trabajó como redactor para varias revistas en Filadelfia y Nueva York. En 1847 falleció su mujer y él mismo cayó enfermo; su desastrosa adicción al alcohol y las drogas, contribuyeron a su temprana muerte en Baltimore, el 7 de octubre de 1849.
El 3 de octubre se celebraba en la ciudad unos comicios. Poe como un vagabundo más, se acercó a esta población para recibir el dinero que la chusma de borrachines recibían a cuenta de ciertos partidos por depositar un voto a su favor. El dinero que posiblemente necesitase el autor para emborracharse no lo llegó a cobrar nunca. Fue hallado semiconsciente tirado en la calle. Llevaba puestas ropas harapientas que ni siquiera eran suyas. Fue ingresado en el hospital y cuatro días más tarde falleció en medio de terribles delirios e incesantes imágenes de terror que acosaban su mente agotada.
El tío de Poe declaró a su muerte: "Había conocido tanto dolor y tenía tan pocos motivos para sentirse satisfecho con la vida que este cambio apenas puede considerarse una desgracia"
Entre sus mejores cuentos podemos destacar:
La caída de la casa Usher: este cuento habla sobre los hermanos Usher,
Roderick y Madeleine, el primero un fanático lector y la segunda una frágil y
enferma mujer. Ambos viven en la Casa Usher, un lugar venido a menos que
recuerda lo que fue la dinastía Usher en tiempos pasados. La narración
nos introduce, a través de los ojos de un amigo de Roderick, en la intensa
intimidad de estos hermanos, que nos recuerdan a los hermanos de Casa tomada que juegan con lo incestuoso y lo cotidiano, agregando un ingrediente
terrorífico, la muerte y el miedo a ella. En este cuento Poe juega con la
tensión hasta el máximo, tomando giros inesperados que nos dejan con el corazón
en la mano.
El gato negro: Poe demuestra por qué es el maestro del terror. Los elementos son simples, un
hombre, una mujer y un gato. Comunes, que podrían estar a nuestro lado o en
nuestra propia casa, que es a su vez, lo que hace aun más perturbador el
relato. Este hombre común, que ha tenido una vida normal sufre un cambio
repentino en su personalidad amenaza a su entorno y se ve amenazado por el
mismo, dando forma viva a su conciencia que lo persigue hasta llegar a lo
inimaginable.
La verdad sobre el caso del señor Valdemar: ¿Zombis? Así es, los muertos vivientes aparecen en el siglo XIX. En este relato es el señor
Valdemar quien nos mantiene alerta durante toda la narración. A punto de morir,
le permite a su amigo (narrador de esta escalofriante historia) que lo
hipnotice para experimentar la hipnosis en un muerto. Todo el proceso, y lo que
ocurre finalmente es narrado con detalle y maestría, haciéndonos sentir que
estamos junto al lecho de muerte de Valdemar, hasta que, como es la tónica de
Poe, ocurre lo más inesperado.
El corazón delator:
Por lejos uno de los cuentos más representativos del género policial. Poe nos
presenta el recorrido completo del crimen, desde el origen de la idea hasta el
asesinato mismo. El cuidado y la observación del asesino, y el temor de la
víctima son piezas esenciales, en este relato, el nervio narrativo es continuo
y se acentúa hasta llegar al clímax que es el asesinato, pero acá Poe nos
engaña, presentando un segundo clímax que podemos sentirlo mientras lo leemos,
como si estuviéramos dentro de la mente del asesino.
La máscara de la muerte roja: El príncipe Próspero ve amenazados sus dominios y su
integridad por la llegada de una mortal peste. Es por esto que junto a su corte
se encierra en una de sus abadías donde el grupo, en vez de esperar
tranquilamente que la peste abandone su localidad, da rienda sueltas a sus
instintos y su deseo. En lugar de compadecer a las víctimas de la peste y
tratar de ayudarlos, Próspero y sus acompañantes se preocupan sólo de su
diversión y placer, realizando una fastuosa fiesta de máscaras a la que llega
un inesperado personaje.
El hombre de la multitud: Una de las lecturas que se puede hacer de este
relato, desde la observación de los transeúntes de una calle de Londres, es la
presencia por primera vez de la clase media trabajadora y los distintos tipos
de trabajadores, sus modos de vestir y de caminar por la calle, pero también
podemos leerlo siguiendo la tensión que genera la observación de Poe, quien nos deja en claro que es mucho más que un simple curioso, perdiéndose en
las calles siguiendo a un hombre mayor en busca de algo que no sabe lo que es,
experimentamos la seducción de lo desconocido y de lo oculto.
Ligeia: Muerte y amor,
pérdida y desdicha. Si bien esto pareciera un relato romántico, que sin duda lo
es, también estamos frente al Poe que juega con la muerte y con los muertos.
Ligeia, la amada mujer del protagonista (nos encontramos nuevamente con un
narrador en primera persona) muere sumergiendo al narrador en una profunda
desesperación, de la que cree que puede salir al volver a casarse con otra
mujer, aunque el recuerdo, y la presencia de Ligeia no lo abandonan nunca.
El escarabajo de oro:En este relato encontramos a Poe en su faceta detectivesca,
de investigador y esclarecedor de misterios, para lo que ocupa un narrador
neutro, del que no sabemos nada pero que sirve de acompañante y testigo de los
hechos, entregando así cierta mirada perspicaz frente a lo que pareciera ser
una persona consumida por la locura. Una vez despejada la sospecha de la locura
encontramos la lógica cartesiana de Poe, que lo hace alejarse de sus
divagaciones para entregarnos una narración certera y sobre todo entretenida.
Los crímenes de la calle morgue:
Un asesinato con maldad y ensañamiento. Dentro de todos los crímenes que
encontramos en la obra de Poe, el asesinato de Madame L’Espanaye y su hija, fue
brutal y sangriento, lo que llama la atención de los protagonistas. Dentro la
lógica de Poe, es la forma en que ocurrieron los asesinatos lo que
despierta la curiosidad del joven Dupin, quien con sus extrañas deducciones se
involucra cada vez más con la investigación. En este relato no hay fantasmas ni
muertos vivientes, pero sí un seguimiento periodístico y policial del caso, al
que se debe sumar la agudeza de uno de los personajes.
La carta robada: Nos volvemos a encontrar con Dupin, el mismo astuto personaje de Los
crímenes de la calle Morgue y El misterio de Marie Rogêt. Esta vez no hay
asesinatos que resolver ni es Dupin quien comienza a investigar. En este caso,
la policía pide ayuda a Dupin a resolver un problema que parece muy sencillo,
el robo de una carta desde las cámaras reales, además, se conoce a la persona
que robó la carta y se sabe que aun la tiene en su poder, entonces, ¿cuál es el
problema? El juego de deducciones y reflexiones que nos presenta Poe es
dinámico e inigualable, demostrándonos que no se necesita de un asesinato para
captar toda nuestra atención.
Este gran escritor de cuentos, poemas y ensayos es un verdadero esencial de
la literatura actual, siendo imprescindible en nuestras bibliotecas. Para
quienes no conocen a Edgar Allan Poe, esperamos que se entusiasmen con estos
cuentos, y a quienes ya lo conocen, los invitamos a compartir con nosotros sus
cuentos favoritos.
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