lunes, 19 de enero de 2015

Reseña: Al este del Edén


Títulooriginal: East of Eden
Autor: John Steinbeck
Género: Novela - Literatura contemporánea
Año de publicación: primera edición 1952
Sinopsis: El mundo de las letras celebra este año el centenario del nacimiento de John Steinbeck, Premio Nobel de Literatura en 1962, y el cincuentenario de la publicación de Al este del Edén, dos motivos más que suficientes para devolver a los lectores esta novela, una de las más conocidas de este autor, y en la que se inspiró Elia Kazan para la película del mismo título protagonizada por James Dean, que interpretó al personaje, mítico para toda una generación, de Cal Trask.   Entre la guerra de secesión y la primera guerra mundial, dos familias viven a lo largo de tres generaciones en el lejano valle de Salinas. Tras acompañar a la familia Hamilton en su épico asentamiento en California, el lector penetra en el sofocante mundo de los Trask, en el que Adam, un hombre de costumbres estrictas y severas, intenta educar en el recto camino a sus hijos Aron y Cal, tras ser abandonado por su mujer, a quien nadie en la familia se atreve a nombrar. Aron es trabajador, obediente y cumplidor. Cal, inquieto y siempre insatisfecho, no soporta el peso del silencio en torno a su madre, cuyo carácter indomable cree él—y secretamente también Adam—que ha heredado; así pues, ya es inevitable la lucha soterrada por el reconocimiento del padre, cuyo rechazo hacia Cal conduce a éste a la más provocadora rebeldía. Un día, Cal se siente extrañamente atraído por la misteriosa Cathy Adams, que regenta el burdel más célebre de la región. A partir de ese instante, la maldición caerá sobre Cal, condenado irremisiblemente a permanecer al este de un elusivo Edén...

Comentario: East of Eden, traducido al español como “Al Este del Edén” y en ocasiones “Al Este del Paraíso”, es posiblemente una de esas obras que no necesitan nuevas reseñas, porque ha llegado a ser uno de los clásicos de la literatura contemporánea. Existen ya innumerables comentarios -sin dudas  mucho mejores que el presente, en la mayoría de los casos- pero sucede que no puedo abstraerme de compartir a uno de mis autores favoritos. Técnicamente no está considerado como uno de sus mejores trabajos, y se lo suele ubicar bastante por debajo de Las Uvas de la Ira  que se tiene como su mayor logro, lo que resulta irónico, porque el propio Steinbeck la reputaba como su mejor obra. Efectivamente, es una novela costumbrista de carácter excepcional.
Algunas pinceladas autobiográficas se entrelazan en la historia. Los Hamilton son la propia familia del autor, y el mismo Steinbeck se asoma brevemente al relato, como efímero personaje secundario. Adam Trask y su familia serán los protagonistas principales, a los que sigue a lo largo de tres generaciones, en el período comprendido entre la Guerra de Secesión y la Primera Guerra Mundial.
La manera de decir del autor es propia del universo que solo alcanzan los pesos pesados de las letras. Párrafos impecables, cargados del tipo de imágenes que presentan al Valle de Salinas con la misma naturalidad y colorido que logra, por ejemplo, Norman Rockwell en su pintura. El “valle Largo” de la época se extiende ante nuestros ojos internos con todo su esplendor. En su seno, el paisaje interior de los protagonistas adquiere idéntica carga descriptiva. Es en este profundo estudio de la intimidad de los personajes donde radica su valor preponderante, agudeza que encontramos en cada uno de sus trabajos, pero llega a ser visceral, tanto en el que nos ocupa como en “Cannery Row”, que desde mi punto de vista es el que expresa más cabalmente estas honduras.
Adam es un hombre atormentado. Vive su propio infierno solitario en una permanente fluctuación que lo mueve a perderse a sí mismo en ocasiones y diseccionar su alma de forma despiadada en otras. Se ha encerrado dentro de los límites externos de sus propias tierras, pero dentro de ellas ha fijado una segunda muralla interior –ésta vez infranqueable- en torno a sí mismo. Un criado chino le acompaña en su retiro y se hace cargo de la casa y la contención tanto de Adam como de sus dos hijos, Aarón y Caleb.
La gran promotora de todos estos conflictos es Cathy Ames. Llega a la vida de Adam de manera accidental, para convertirse luego en su esposa, y abandonarlo tras el nacimiento de los mellizos, dejándolo sumido en el estupor y la angustia. La personalidad retorcida y psicopática de Cathy se va desarrollando de una manera magistral, ganando en matices a lo largo de los capítulos, sin descuidar sus propios conflictos emocionales, aún cuando se trata de un ser carente por completo de empatía. Solo uno de los vecinos de la familia Trask será capaz de vislumbrar desde un principio aquellos rasgos, y no es otro que Samuel Hamilton, el perspicaz abuelo del autor.
Desde su título y los obvios nombres de los personajes se puede anticipar que se trata de una sutil alegoría del relato bíblico, del tema del amor y el desamor y del bien y el mal. Personajes que decantan en uno u otro sentido, o en ambos; desiciones fundamentales, reflexiones profundas expresadas con la sencillez y la sabiduría innata de la gente de una California que es aún semi rural.
Uno de esos libros que una vez concluídos se instalan para siempre en el registro emocional. Simplemente imprescindible.

Por: José Castro Moreda

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